R E S E Ñ A
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En la década de los 70’s, el joven periodista Norman Lebrecht se encontró con las memorias y cartas escritas por Alma Mahler. Este hallazgo resultó en un viaje de tres décadas a través de la vida y obra de uno de los hombres más contradictorios del siglo XIX al que recupera para regalarnos una deliciosa lectura en Why Mahler? Como un hombre y diez sinfonías cambiaron al mundo. Aquí te contamos sobre uno de los mejores retratos del compositor; una perfecta forma para adentrarnos en su mundo.
Todo inicia con un simple cuestionamiento: ¿por qué Mahler? ¿Cuál es la razón por la que a finales del siglo pasado la sociedad se obsesionó con este compositor tan rechazado por su tiempo y sociedad? Quizá fue su presencia en la adaptación de Luchino Visconti de la clásica novela de Thomas Mann, Muerte en Venecia o la dirección de Leonard Bernstein en el funeral de Bobby Kennedy. Para Lebrecht encontrar un punto exacto no fue necesario, entendió que Mahler tenía algo que decirnos sobre el mundo en el que vivimos ahora, pues encontró en sus sinfonías la representación de las minorías en ritmos judíos y violines gitanos, la inminencia de una guerra mundial y múltiples catástrofes climáticas cuando nadie más lo estaba haciendo. En su música logró captar la condición humana en toda su complejidad y nos comunica algo, tirando las reglas del género clásico y haciendo las propias.
En la interpretación de la obra de Mahler no existe una objetividad o una sola verdad. Sus composiciones se abren a la lectura de cada individuo, porque en las notas donde algunos encuentran dolor, otros pueden verse regidos por el amor. Aun así, para entender la obra hay que entender al autor. Es por esto que Lebrecht nos sumerge en el contexto en el que el compositor se formó. Los resquicios más oscuros y recónditos del nacimiento dentro de un matrimonio abusivo y disfuncional; una infancia judía en una nación discriminatoria y la ambivalencia de vivir en una casa donde la muerte y la fiesta convivían. En medio de estas contradicciones se forjó su sentido irónico que estará presente en la mayor parte de sus composiciones. Con este, se permite hacer algo que pocos compositores habían hecho antes, retar a su público.
Desde su Primera sinfonía, toma la tragedia de su niñez, en la cual vio morir a siete de sus hermanos, y la imprime en una obra que fusiona una canción de cuna, una marcha fúnebre y una animada canción de fiesta. Mahler vivió los funerales de sus hermanos mientras se seguía sirviendo alcohol en el bar de su padre que estaba bajo su casa. Quienes escucharon la obra por primera vez, no entendieron, se sintieron ofendidos. A pesar de que pocos sabían su contexto biográfico, si lograron entender algo que Lebrecht nos comparte: Mahler se burló abiertamente de la frialdad de la sociedad de ese entonces ante la mortandad infantil.
De esta forma, uno de los comentadores de música más leídos alrededor del mundo nos sumerge en los eventos que dieron pie a la composición de nueve sinfonías y una décima inconclusa. Cincuenta y un años vividos entre la música, la muerte de su hermano favorito, Ernst y su madre, una terrible enfermedad, el amor en los brazos de Alma, la dirección de múltiples orquestas y sus conversaciones con personajes como Sigmund Freud y Johannes Brahms. Esta profunda, curiosa y devota mirada de Lebrecht nos abre las puertas al mundo de un hombre que, como alguna vez dijo el director de orquesta Leonard Bernstein: “Cualquier cualidad que sea perceptible y definible en la música de Mahler, lo es también lo diametralmente opuesto” (Traducido de Lebrecht, Norman, Why Mahler? How One Man and Ten Symphonies Changed the World). Esta contradicción dejó un legado que permitió a músicos como Dimitri Shostakovich y Alfred Schittke el criticar abiertamente a los regímenes que los oprimían sin sufrir sentencia alguna.
Inauguración de la Octava sinfonía en Estados Unidos, dirigida por Leopold Stokowski e interpretada por 1068 músicos. En esta época esta composición se tocaba con la cantidad original de músicos que Gustav Mahler requirió para su estreno. En la actualidad se ha reducido el número de intérpretes, pero su majestuosidad continúa.
Al terminar su texto, Norman Lebrecht nos invita a escucharlo y entender todo aquello que conforma el libro a través de un listado de las interpretaciones que han hecho múltiples directores sobre sus sinfonías. Además, hace una recomendación para quienes aún no se han acercado a la música de Gustav Mahler y no saben por dónde empezar.
Esta lectura es una invitación a introducirnos al mundo del compositor más presente en esta edición del Festival Internacional Cervantino y así, poder escucharlo desde una perspectiva más personal. Sin duda, la vida de Gustav Mahler en manos de un especialista en música clásica se vuelve en un viaje apasionante cuyo sonido y manera de ser subversivo ha permeado en la cultura. “Mi tiempo llegará”, expresó alguna vez el compositor austrohúngaro y en los últimos 70 años lo ha hecho, influenciando la música de Harry Potter, el rock de Pink Floyd y King Crimson, la batuta de Gustavo Dudamel y Enrique Diemecke, y las películas de Alfonso Cuarón. Hoy en día el mundo de la música clásica sin él es impensable y pocas son las orquestas que no incluyan sus composiciones en sus ciclos y programas.
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Revisa nuestra programación para no perderte de la Primera, Quinta y Octava Sinfonía de Gustav Mahler bajo las batutas de Gustavo Dudamel, Enrique Diemecke y Roberto Beltrán-Zavala.
Referencias: Lebrecht, Norman, Why Mahler? How One Man and Ten Symphonies Changed the World, Faber & Faber Ltd, Londres, 2010.