Qué mejor escenario para representar la historia de dos mineros que se confrontan a sí mismos que una mina real, símbolo de la actividad que por 400 años forjó la vida de lo que conocemos como ciudad de Guanajuato. A 50 metros bajo la tierra se encuentra este recinto en cuyos túneles todavía se pueden apreciar las herramientas de trabajo utilizadas desde 1868 hasta 1900 para la extracción de metales como el oro, la plata, el cobre y el zinc. Adaptada por Enrique Ruelas, la obra de Ferenc Herczeg, Dos hombres en la mina encontró su hogar desde la década de los años cincuenta en este hueco de la Tierra que hoy sigue constituyendo una de las experiencias artísticas más sorprendentes que ofrece el Cervantino. OJO: La capacidad de este recinto lo convierte en el más exclusivo del Festival, pues recibe en cada función tan solo a 30 personas.