La música y la literatura siempre han caminado juntas, la influencia es de ida y vuelta; con toda seguridad, son incontables las epifanías que se han provocado entre ellas. 

The Guadaloops, la banda que rapea con un libro bajo el brazo... y otros palomazos entre música y literatura  Agregar a Mi Cervantino

 

Esta banda mexicana deja claro que su relación con la literatura es profunda y de largo aliento. The Guadaloops, agrupación nacida en Monterrey en 20012 y conformada actualmente por Fermín Sánchez, Franco Genel, Fernando González, Samuel Mendoza y Bernardo Pérez, tiene una sólida relación con la literatura.  

Inspirados en el libro Un mundo feliz de Aldous Huxley crearon la pieza Soma, que da nombre al concierto en vivo que ofrecerán desde uan azotea de Guanajuato para el público virtual del Cervantino. Soma es la droga que suministraba el gobierno a la población para curarles la infelicidad, al igual que en el libro, la rola cuestiona, muy al estilo de los guadas, el comportamiento de la sociedad.  

“Ha vuelto el miedo en forma de deseo que torna el tiempo amargo 
Envuelto en hielo, ¿cómo no iba a ser si adentro se está a salvo?”. 

Video oficial de "Soma" 2019. 

Pero, no siempre se ha visto con buenos ojos la relación entre las letras y la música. En el 2016, cuando se le otorgó a Bob Dylan el Premio Nobel de Literatura, esto causó una gran polémica. Una postura adoptada frecuentemente en ese año era afirmar que las letras de canciones escritas en tiempos contemporáneos no tienen conexión alguna con lo literario, por lo tanto, el cantautor norteamericano no era merecedor del premio. ¿Qué tan acertado es ese argumento? La literatura es el arte de crear por medio de la palabra, de evocar emociones y estimular los sentidos a través de ella; nos ayuda a sentir empatía por la vida de otras personas. Si bien es cierto que al leer a autores como Carlos Fuentes o a Gabriela Mistral podemos experimentar todo aquello, también podría afirmarse que todos hemos sentido algo similar al momento de escuchar una canción. Decir que sólo a través de la lectura puede cumplirse el papel de la literatura sería evidenciar que ésta es un privilegio reservado únicamente para aquellos que tienen acceso a los libros. 

Pero a diferencia de lo que podría pensarse, la literatura no es un arte exclusivo, sino un patrimonio de la humanidad: es para todo el mundo. Hoy por hoy existen muchos prejuicios con respecto a ésta, pues mucha gente la ve como algo peligroso, incomprensible o fuera del alcance. Sin embargo, esto no es sino el resultado de siglos y siglos de desigualdad social, los cuales han sembrado en nosotros la idea de que sólo las obras escritas por autores canónicos son “bellas” “buenas” o dignas de admiración, y que únicamente quienes se han dedicado a leerlas conocen el significado verdadero de literatura. Los que abogan por una literatura cerrada y alejada de la lírica popular suelen olvidar que la lírica es quizá el género más antiguo del mundo y que, gracias a ella, la literatura ha evolucionado hasta lo que conocemos hoy en día. Antaño eran los trovadores quienes llevaban la poesía de un lugar a otro y, antes de eso, La Ilíada era recitada por los rapsodas sin la necesidad de un texto escrito.  

Los raperos de hoy son los juglares de la edad media. The Guadaloops, por seguir con el mismo ejemplo, fusiona música electrónica, melodías y rap. Estas son las tres raíces en las que descansa su sonido que por momentos experimenta con géneros como el neo soul o el funk y con ritmos tomados de la cultura del hip hop y de la música latinoamericana. Sus versos hablan de la cotidianidad. Esta banda se comunica y se expresa de forma estética, pues las técnicas de la métrica, la fonética y las figuras retóricas también son esenciales en cada pieza musical que crean.  

De esta manera, nos damos cuenta de que la música popular y la literatura no están en guerra, sino que se complementan. A lo largo de su existencia en la cultura humana, ambas han cambiado y crecido juntas; los textos literarios han sido fuente de inspiración para grandes músicos y grandes canciones han servido de inspiración para un sinfín de obras literarias.  

El rock es quizá el género que más ha mantenido el diálogo con la literatura. Artistas altamente reconocidos lo han logrado de una manera excepcional: Bob Dylan, Pink Floyd y David Bowie son sólo tres ejemplos. Si bien muchos conocemos y celebramos la obra de los artistas angloparlantes, nuestra lengua no se ha quedado corta al momento de abrir estos canales de comunicación entre literatura y música. Aquí van algunos ejemplos en inglés y español:  

 

Lobo-Hombre en Paris  

Esta es una canción muy fácil de ubicar; casi un himno de la década de los ochenta. El tema más famoso de la banda española La Unión está inspirado en un cuento corto de índole existencialista. El lobo-hombre es un texto publicado en 1970 del escritor francés Boris Vian. Tal como la canción nos cuenta, se trata de un relato de licantropía invertido, en donde es el lobo quien, al ser mordido por un mago, se convierte en humano. El lobo vegetariano Denis se cuestiona el sentido de la vida al enfrentarse a la precariedad de la vida humana.  

 

Molinos de Viento  

Esta canción de la banda española, Mago de Oz, suena tan lúdica como el texto en el que está inspirada. Hablamos de la novela más importante escrita en castellano, Don Quijote de la Mancha, de Miguel de Cervantes. La canción nos presenta a Don Quijote como la voz lírica, quien está cuestionando a Sancho su forma individualista y material de ver el mundo y le invita a “ver a una flor reír”.  


 

Música para camaleones  

Esta canción de Fito Páez toma su nombre y temática del libro homónimo escrito por Truman Capote. Durante los siete minutos de la canción, el compositor rinde el más fiel homenaje al texto; desde la letra hasta la música que la acompaña, te hace notar la crudeza de la vida.  

 

Teenage Frankenstein y Feed My Frankenstein 

El personaje creado por Mary Shelley en 1818 ha inspirado a todas las artes, por ejemplo, en la música, el rockero Alice Cooper escribió dos canciones que hacen referencia a Frankenstein; una en 1988, Teenage Frankenstein, y en 1991 presentó Feed My Frankenstein. El moderno prometeo, nombre con el que también se conoce a esta macabra historia, cuenta cómo Víctor, un joven científico, se obsesiona por dar vida a un cuerpo muerto; su éxito se convierte en su condena, pues crea al monstruo que convertirá todo lo que le rodea en muerte y desolación. 

 

Wuthering Heights 

Kate Bush escribió esta canción inspirada en una de las obras más importantes de la literatura inglesa, Cumbres Borrascosas, única novela escrita por Emily Brontë. La historia habla de un amor terrible, tormentoso y sombrío, tal como indica el título; un amor que prevalece a través del tiempo, las pérdidas, el sufrimiento e incluso la muerte. En esta pieza, lo que Bush refleja es esa desesperación que siente el espíritu de la protagonista al saberse lejos de su amado y de su propia alma.  

 

DMB