Este año, el FIC reconoce con la Presea Cervantina la trayectoria del dramaturgo.
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Su experiencia como público de los Entremeses a los 18 años marcó su forma de entender el teatro como una herramienta para transformar sociedades. Este año, El Festival Internacional Cervantino reconoce con la Presea Cervantina el trabajo del dramaturgo originario de Ciudad de México.
Es poco conocido que, además del grupo de Teatro Universitario dirigido por Enrique Ruelas entre 1952 y 1987, existió otro: el Grupo de Teatro de la Universidad de Guanajuato y su director fue Miguel Sabido. Entre los diferentes trabajos realizados, el más memorable fue la adaptación de La Celestina, de Fernando Rojas, presentada como Tragedias de Calisto y Melibea. Con esta obra ganaron el primer premio en el II Festival Latinoamericano de Teatro Universitario en Manizales Colombia en 1969.
Sabido tiene 83 años ahora, pero eso no le impide adaptarse a la digitalidad, pues actualmente trabaja en un proyecto que le emociona y rejuvenece: un museo en línea sobre el teatro ceremonial, el primero en su tipo en el mundo. Ahora podrá dar sus talleres en internet como los que ha impartido a mayordomos de diferentes localidades parar que reaprendan la tradición de sus ceremonias, sus pastorelas, sus matachines y más.
Es muy conocido por ser el padre del “entretenimiento educativo” y por conseguir (sólo él sabe cómo) que Televisa produjera y exhibiera telenovelas cargadas de enseñanzas como las de alfabetización de adultos y las de explosión demográfica, que dedicara el canal 9 a temas culturales (el único canal cultural mexicano de la historia sostenido por la iniciativa privada) e incluso que llegaran a México pensadores, filósofos y teóricos internacionales de vanguardia como Humberto Eco y Marshall McLuhan, quienes fueron parte del Encuentro Mundial de Comunicación que organizaba Sabido con el respaldo de la televisora.
Pero el legado más importante, lo que permanecerá, será, sin duda, su trabajo de recuperación de las ceremonias tradicionales. Pasión que comenzó en su infancia, cuando su padre -indígena hablante de maya quien aprendió español a los 13 años- lo llevó a Chalma a cantar alabados, costumbre que todavía conserva yendo a Atotonilco a entonar melodías religiosas. Criado como un niño indígena y a la vez como un niño criollo, el rescate del teatro ceremonial ha sido parte de su discurso personal y profesional durante toda su vida.
“El teatro ceremonial mexicano inicia en 1527, ya teníamos un teatro glorioso, el mejor del mundo en ese momento, mejor que el de España. Importa rescatar esas ceremonias porque son fundamentales para la identidad, también las pastorelas, las adoraciones de reyes, las apariciones de vírgenes; siempre he buscado formas de salvaguardar ese patrimonio cultural que es fundamental porque forma parte de la identidad de México”.
Miguel Sabido durante la entrega de la Presea Cervantina en el Teatro Juárez. Gabriel Morales. Archivo FIC 2021.
Sabido también es resultado del Teatro Universitario, estudió literatura dramática en la Facultad de Filosofía en la UNAM, donde fue alumno de Enrique Ruelas y vivió su primera experiencia cervantina al lado del fundador de los Entremeses (que en 1972 dieron lugar a la creación del Festival Internacional Cervantino).
“La primera vez que vi los Entremeses, los vi desde el campanario de San Roque y luego, al día siguiente los vi con mi maestro Ruelas. Ocupamos la azotea de la casa donde estaba la cabina de luces. Ese recuerdo forma parte mi estructura psicológica estaba en una edad en la que el alma guardar momentos que quedan para siempre y ese fin de semana fue un momento que guardo para toda la vida”.
Miguel Sabido en la Plaza San Roque señalando la azotea desde la que vio junto a Enrique Ruelas un montaje de los Entremeses.
El autor de la exitosa obra Falsa crónica de Juana la loca, quien ha dirigido a destacadas actrices como Alma Muriel, María Teresa Rivas, Ofelia Guilmáin, Magda Guzmán, Carmen Montejo y María de Lourdes, es también un incansable investigador de la historia del teatro en nuestro país, con gran facilidad marca los momentos más importantes del desarrollo dramático en México y uno de ellos, para orgullo de todo Guanajuato, es justamente cuando “se ilumina San Roque y aparece Cervantes a caballo interpretado por Fernando Olivares”, entonces rector de la Universidad de Guanajuato.
“Los Entremeses cervantinos son un parteaguas en la historia del teatro criollo mexicano realmente. Desde el punto de vista cultural, lo que hizo la Universidad al dividir los Entremeses y al poner a la plaza como la razón de todo el asunto, pidieron permiso, autorización para poner la cruz que hoy vemos, los faroles que colocaron y que no existían, hicieron modificaciones en algunas de las escaleras para que fueran gradas, entonces convirtieron San Roque un escenario natural, fue extraordinario, eso no se había hecho en México y ha sido un hito porque de ahí nació Poesía en Voz Alta. Teatro en Coapa y Sabido”.
El dramaturgo fundador de la Compañía de Teatro Náhuatl y creador del programa “Vida y Voz” con Juan José Arreola conoció Guanajuato hace 75 años cuando era, dice, “una ciudad fantasma, literalmente”, pero al llegar los Entremeses se empieza a rescatar y revivir no solo la ciudad sino la región, “el Bajío completo adquiere una noción de su origen hispano a través de estas representaciones escritas por Miguel de Cervantes”. La presencia cervantina ha provocado que la población entienda y sienta orgullo de su herencia indígena tanto como de la española. “Cuando aceptemos totalmente que tanto valen los Entremeses cervantinos como las pastorelas o El torito porque todos forman parte de la identidad mexicana, entonces llegaremos a un México más verdadero, porque somos las dos partes”.
Las primeras telenovelas históricas que se vieron en la televisión nacional son de su autoría, “La tormenta” y “Senda de gloria” fueron grandes éxitos de la pantalla chica y mostraron a todos su capacidad para escribir historias que entretuvieran y educaran al mismo tiempo. es un poeta, amante del teatro mexicano, investigador incansable, dramaturgo, teórico y contador de historias que todavía proyecta nuevas maneras de hacer llegar el teatro a públicos más grandes, como pensara Enrique Ruelas en los años 50 y 60 cuando lideraba las diferentes representaciones cervantinas en espacios públicos de Guanajuato.
Los otros momentos importantes en la historia del teatro mexicano en palabras de Sabido son: La noche de Navidad del año 1527, seis años después de la caídas de Tenochtitlán, Fray Pedro de Gante organizó en el patio de San José de los Naturales una representación del viaje de María y José de Nazareth a Belén ante un público de 70 mil personas.
El teatro criollo empezó en siglo XVI en 1575 con los coloquios de Fernán González de Eslava, autor muy mediocre, pero luego apareció el fenómeno de Juan Ruiz de Alarcón y de ahí en adelante la historia del teatro criollo es muy triste, muy pobre, hasta que llega Rodolfo Usigli y propone un teatro realista mexicano que refleja la vida verdadera de México.