Filipe Catto, la chica punk de Brasil que canta a Gal Costa en Guanajuato
- Es su primera vez en el Festival Internacional Cervantino y forma parte de la delegación del país invitado de esta edición 52.
- Su concierto titulado “Las bellezas son cosas iluminadas por dentro” conmovió a un público atento, afectuoso y agradecido con la calidad de su canto.
Por Arlette Robledo
Filipe Catto camina por las calles guanajuatenses rumbo a la Casa del Artesano, el edificio del siglo XIX, estilo colonial, que se convierte en sala de Prensa durante el Cervantino. Aquí la esperan los medios de comunicación para escucharla hablar sobre su música.
En su primera vez en México ya visitó las pirámides de Teotihuacán y el Museo de Antropología e Historia, pero le hace falta recorrer Guanajuato, aunque lo poco que ha visto la hace sentir en casa, “compartimos mucho más de lo que pensamos, pese a que Hablamos idiomas diferentes, lo que hemos compartido desde nuestros ancestros es muy fuerte”.
Llegó a Guanajuato para presentar en El Trasnoche, el foro caracterizado por presentar las propuestas más vanguardistas y creativas del Cervantino, su disco “Belezas sao Coisas Acesas por Dentro” que la consagró como una de las voces más importantes de la escena musical brasileña contemporánea. En este material, Filipe celebra a una de las figuras más importantes de la Música Popular Brasileña (MPB), la cantante Gal Costa. Dueña de una voz inigualable y un espíritu rebelde, Gal contagió a su generación por defensora la emancipación de la mujer, sobrevivió a la censura cultural impuesta por la dictadura militar de 1964 - 1985 y por renovar el arte desde el movimiento cultural llamado Tropicalia que fusionaba. . . . . . . todas las músicas con todas las influencias sin dejar fuera la tradición brasileña.
“Gal es un símbolo de femineidad rebelde. Es muy inspiradora para toda la comunidad LGTB. La amamos, es un ícono muy fuerte para todas nosotras”, nos cuenta Filipe justo antes de contar que el disco salió unos meses después de la muerte de la cantante bahiana sucedida en noviembre de 2022.
Foto: Mayra Mope / Acervo Histórico del Festival Internacional Cervantino
Aunque a Filipe Catto nunca le pasó por la cabeza hacer un disco con canciones de Gal Costa, las coincidencias y una invitación para participar en el homenaje póstumo a quien fue una de las voces doradas de Bahía, la llevó en esta aventura: “cuando yo Amo mucho a una cantante, yo evito cantarla. Yo cantaba a Gal, para mí, como una forma de estudiar su voz. Yo cantaba su música, me emocionaba mucho. La estudiaba, la amaba, pero no tenía el coraje de llegar a un escenario y cantar una pieza que ha cantado Gal Costa. Porque ella cantó todo con perfección, resultaba muy difícil ser un artista lo suficientemente bueno para hacer este papel. Y cuando me invitaron a hacer este concierto, me quedó como, ¿Por qué yo? ¡Soy apenas una chica punk!”
Pero la chica punk sabía que no solo se trataba de rendir tributo a la extraordinaria voz de Gal Costa, sino también al comportamiento de esta, transgresora y rebelde. “Tenía una oportunidad de divertirme con estas canciones, porque para mí cantar también tiene que ser una cosa divertida y para que la pases bien”.
Si Gal costa se interesó en los géneros de su localidad, siempre con una pincelada de su postura política , Filipe se enfocó en cantarla con una intensidad escénica basada en la admiración y el respeto por la música de la estrella bahiana con una fuerte influencia rockera. Formó a los músicos como un trío de rock clásico, intentando hacer algo que se alimentara de las referencias musicales de Gal:
“no quería estar allí en el escenario vestida de Gal, ni que todo fuera de forma obvia, quería transportar la idea de Gal Costa, pero también sus referencias como Janis Joplin, The Doors, Velvet Underground y todas las historias del rock de los años. . . . . 60 con esa sonoridad más cruda, pero también con esa idea de cuerpo, sexualidad, androginia, protesta, rebeldía y transgeneridad, porque todo lo que Gal Costa simbolizaba en los años 60, que era una fuerza femenina, fuerte y salvaje, hoy yo lo encuentro en los cuerpos de mis hermanas, en los cuerpos de mi comunidad”.
El concierto ayudó a rendir honores a una de las voces más queridas de Brasil, quien se convirtió en ícono de la comunidad LGBTTTI+, pero este acto también permitió tomar conciencia del momento de represión política que estaban viviendo las nuevas generaciones: “Para la sociedad, Apenas hace cinco años que somos gente. Ser una persona trans en Brasil es muy peligroso porque es el país donde más asesinan personas transgénero. Sólo que, claramente, ser una persona blanca trans es una cosa, ser una chica trans y negra es otra, ser chica trans, negra y de la periferia es otra”.
Salir al escenario, dueña de su cuerpo, cantando a Gal Costa, rodeada de sus amigas y hermanas de lucha, al lado de la comunidad LGBTTTI+, se convirtió en una forma de protestar y de decir que “estábamos vivas, que éramos vencedoras y que era nuestra hora”. El homenaje a Gal se convirtió en un homenaje a la rebeldía y la resistencia en medio del sufrimiento y el dolor.
“Y o soy una chica punk, yo nací para hacer esto, para estar ahí, para incomodar, protestar, ser un cuerpo distinto, ser un cuerpo que se mueve con rebeldía, esto para mí es ser creador, es parte de mi identidad. Yo no quería ser una persona cisgénera, me gusta ser una persona trans, exactamente por toda la carga política, filosófica, que esto conlleva, aunque no es algo cómodo. Ser una persona trans es muy difícil porque la cultura es opresora para nosotras, es peligroso salir en la calle, hay mucho asedio, hay mucha violencia. Yo soy una muñeca privilegiadísima, yo sé que soy muy privilegiada en mi recorte social, en mi recorte de vida. Yo no sufro tanto como mis hermanas por mi posición social y mi trabajo también. Hay también cosas muy contradictorias, por ejemplo, hay leyes para asegurar la salud y tratamientos hormonales dentro del sistema público y se puede hacer la rectificación del nombre y regularizar tu documentación, tenemos asistencia de salud sexual. No estás abandonado, hay un progreso, pero al mismo tiempo hay opresión”.
Ser una persona transgénero dedicada a la música y las artes ha sido una lucha de muchos años. La Filipe Catto que hoy escuchamos en Spotify o vemos en los festivales es el resultado de un camino de resistencia, autoconocimiento, aceptación, experimentación y búsqueda, quizás el acto artístico más importante de Filipe ha sido crear su propio camino: “Yo soy trans desde Que soy niña, quería mi pelo largo y mis muñecas. Toda mi infancia fue muy triste, porque, claro, mi mamá no comprendía, vivíamos en un tiempo y una sociedad donde las personas trans solo podían ser prostituidas o criminalizadas o destinadas a vivir en situación de calle”. Frente a este panorama, no fue fácil mantener su identidad y comenzó a ceder, poco a poco, a las expectativas que imponía la sociedad. Un proceso doloroso y confuso que pudo ser aliviado, en ciertos medios, por la música, el dibujo, las películas y los libros que le ayudaron a imaginarse una vida fuera de ese cuerpo que no le gustaba. “Tuve problemas en toda mi adolescencia con disturbios alimentarios, consumo de drogas y todos los clichés que se puedan imaginar. Por mucho tiempo no seguiría mirarme al espejo por mucho tiempo. Mira mis primeras discotecas, estaba siempre en lo oscuro, no tengo fotos y no guardo fotos desde el tiempo. Era una cosa muy dolorosa”. Cuando comenzó su carrera musical, quería ser una voz, pero no quería ser un cuerpo, la voz femenina que tenía era lo único que conservaba de su identidad original y se aferraba a ella como un punto de luz que la guiaba.
Tuvo que pasar un tiempo para que la transgeneridad reprimida desde su infancia comience a liberarse. Mucho ayudó al que conociera personas que habían pasado por ese proceso de búsqueda y reconocimiento, que se acercara a la filosofía ya espacios de ayuda para personas no binarias. Alrededor de sus 25 años entró en una etapa de búsqueda muy vertiginosa en la que se atrevió a experimentar a través del arte.
“Fue un descubrimiento muy profundo, al que el arte, la música y todos los códigos de moda me ayudaron a llegar. M e considero una persona no binaria, que es algo muy libertador para mí porque, de verdad, yo quería ser así desde niña”.
A partir de este momento, Filipe no ha dejado de crear en total libertad, es un artista muy completo que se exige, antes que nada, disfrutar lo que hace y hacerlo bien, además de ser un activista comprometido con el movimiento LGBTQ+ en su país. . . .
En la velada del jueves 17 que rebasó la media noche, el público cervantino pudo disfrutar de temas como piezas como “Negro amor”, “Divino marvilloso” y “Vaca Profana”, entre otros temas que son parte del repertorio de Gal Costa, además de un par de piezas mexicanas que Filipe Catto interpretó a capela para el delito del público. La artista se convirtió en el escenario en un momento performático donde su voz sólida, la sensualidad natural que desborda y su rebeldía coinciden para expresarla sin censura ni limitaciones. No se trató solo de cantar la música de Gal Costa, sino de construir un momento de belleza que el público pudo sentir. El sonido rockero que imprimió al disco ha conquistado al público ya la crítica dentro y fuera de Brasil. Su presentación en el Festival Primavera Sound fue elegida dentro de las 10 mejores actuaciones de esta edición en la que se presentaron artistas como The Cure y Marisa Monte.
El nombre de este concierto homenaje a Gal es tomado de la canción 'Lágrimas negras', incluida en su disco “Cantares”, de 1974, en la cual se escucha: ... bellezas son cosas iluminadas por dentro, tristezas son bellezas apagadas por el sufrimiento ...
“Para mí es como un discurso de apertura, de lo que se trata todo, de cómo la verdad y la belleza van a destruir el odio y el prejuicio. La verdadera belleza es cuando tú la sientes dentro de ti. Cuando tú sientes algo dentro de ti, eso es verdad”.