Director de cine experimental e independiente, Derek Jarman fue un firme activista por los derechos homosexuales. Realizador de filmes como Sebastiane, Caravaggio y The Last of England, hizo pública su enfermedad como portador del virus del sida en 1986 con la intención de combatir el estigma y apoyar a quienes vivían en silencio la enfermedad. Aunque sus películas no fueron éxitos comerciales, lograron gran impacto por su carga visual, intensidad emocional y explícito contenido sexual. “Si mis filmes son gay, es porque quiero mostrar mi solidaridad con quienes han sido despojados de una cultura propia”, declaró en 1991.

Su último trabajo, Blue, es una obra personal de 90 minutos de un solo plano azul acompañados por una banda sonora basada en sus diarios y su experiencia con el sida. Fue concebido como su epitafio cinematográfico.