En el mundo interconectado de hoy, quienes buscan generar duda y desconfianza en los medios y en las instituciones democráticas también ponen en riesgo los espacios culturales donde la sociedad construye identidad y significado. A través de la manipulación del espacio informativo, se difunden narrativas falsas que no solo buscan dividirnos, sino también debilitar la confianza en las instituciones culturales y cívicas que sostienen a nuestras comunidades.
Por eso es esencial promover fuentes de información creíbles y confiables, así como dar voz a referentes locales con legitimidad cultural e histórica. Las instituciones culturales tienen una posición privilegiada para fomentar resiliencia al conectar a las personas con el conocimiento, el pensamiento crítico y los valores que fortalecen la vida democrática.
Más allá de casos aislados, esta reflexión subraya cómo la protección de la cultura y la defensa del diálogo cívico están profundamente entrelazadas. Salvaguardar la integridad del espacio informativo significa también proteger el patrimonio, las historias y los símbolos que nos unen como sociedad.