E N T R E V I S T A

Una voz femenina por desenterrar. Entrevista a Ximena Escalante Agregar a Mi Cervantino

 

Con tan solo 51 años, la vida de Elena Garro se quebró, una de las grandes escritoras mexicanas fue expulsada de los círculos literarios y más tarde se vio obligada a exiliarse por más de veinte años. Su historia dejó muchos espacios en blanco para ser llenados por la imaginación del público, nunca como algo certero, sino una nube de susurros y secretos. Olvida todo, puesta en escena de Ximena Escalante, construye en esos espacios vacíos, lo que pudo haber sucedido durante la noche que llevó a la autora de Los recuerdos del porvenir al silencio. La escritura de Escalante, usualmente habitada por la tragedia griega, se ha basado esta vez en las ruinas de la historia de Garro para crear un nuevo desenlace, tendiendo un puente entre el teatro, la realidad y el mundo literario. En esta entrevista, la dramaturga que ha nutrido al teatro literario con obras como Las relaciones (sexuales) de Shakespeare (y Marlowe) y Tennessee en cuerpo y alma, nos habla sobre su acercamiento y relación con Elena Garro, la construcción de su universo escénico y, la obra que estrenará en el Cervantino para celebrar los 50 años de este Festival que nació del teatro.   

 

¿Por qué mirar hacia Elena Garro, por qué abordarla desde el teatro, que te atrajo de su persona?

Porque, efectivamente, Elena Garro está en este hoyo, un túnel oscuro de leyenda negra de la literatura mexicana y, además, es una autora de culto, entonces la leen pequeños grupos, los teatristas o algunos especialistas que están infatuados con ella. Y esta leyenda en contra de ella pues de alguna manera sucede cotidianamente. A lo largo de mi carrera siempre he tenido un gusto muy particular y una inclinación sobre todo a su persona. En cuanto a su obra, claro que me gusta y la he estudiado. De hecho, cuando yo empezaba a estudiar teatro en el CUT me clavé mucho con ella y mis primeros exámenes y ejercicios de dirección fueron con sus obras. Entonces, aparte de su obra me ha interesado ella, el ser humano, la figura, el “personaje” de Elena Garro. Porque Elena Garro era y ahora, con el tiempo y creo que cada vez más, se ha construido en sí misma como un personaje.

 

Esta obra, Olvida todo, fue creada durante pandemia, en medio de los cambios obligados como el encierro y la convivencia social muy limitada, ¿cómo sucedió tu reencuentro con Garro?

Regresé a ella de una manera muy natural, orgánica y te diría hasta mágica porque de repente apareció su libro así, ¡pum!, estaba en el librero en medio del desastre de libros que tenía. Gracias al tiempo libre por la pandemia, si es que se puede decir “tiempo libre”, arreglé mi librero y ahí estaba, de verdad como un libro mágico salió del librero Elena Garro y pensé que esto significaba algo y me clavé. La empecé a releer y yo creo que este es un punto de partida muy importante porque la relectura es una relación entre lo que una vez leíste siendo una persona y lo que vuelves a leer siendo otra persona. Entré en un mundo que me mostró como fui cambiando yo a lo largo de los años, cómo cambió mi propuesta dramatúrgica y mis preocupaciones estéticas y como pensaba yo, porque recurrí a mis libros y cuadernos de antes en los que tenía mis notas de Elena Garro. Me topé con un lapso de vida abismal y en esta un hijo de por medio. Entonces me infatué, me volvió a conquistar y naturalmente empecé a imaginar algunos episodios de su vida.

 

Si bien, el personaje principal es Elena Garro, solo abordas una pequeña parte de la vida de la escritora. ¿Cómo seleccionas ese delgado hilo de la madeja completa?

Esto es algo que yo he intentado hacer a lo largo de mi dramaturgia. Entrar en esos lugares donde no se ha entrado antes, buscar estos huequitos en las narrativas tanto como de la ficción como puede tratarse de los mitos griegos o tanto en la vida de los personajes como puede suceder con las obras que he hecho en torno a Shakespeare, Colette o Ibsen. Estudiando sus biografías y su obra de pronto digo, ¡Ay! ¿Por qué no se ha escrito sobre esto y por qué este tema me interesa? Así entro en unos huequitos. Entonces este huequito que es el punto de partida de Olvida todo es ese periodo de tiempo que Garro vive después de su encuentro con Sócrates, un poco antes del 2 de octubre. ¿Qué pasa con ella, con esa mujer que estaba en la cúspide de su carrera, en la cúspide del glamour, de la fama, del éxito? Estaba en el mejor momento de su vida, a los 50 años. Y de pronto, al bajar del coche de Sócrates, todo se tornó confuso, se formó una madeja de versiones que enredan la verdad y hacen imposible llegar a ella.  

 

¿Cuál es el pedacito de vida de Elena que nos cuenta Olvida todo?

Ella baja de ese coche, va a su casa y se da cuenta de todo lo que está pasando, entonces va a la pensión de su amiga en la calle Lisboa y se queda ahí, donde es acosada por una serie de personajes. Todo este periodo de Elena es un periodo con muchos resquicios, huecos, interpretaciones y versiones sin que haya manera de hacer una sola verdad y, además, ¿qué importa? Ese momento caótico, atribulado, con mucha confusión y además un episodio donde todos los hilos de la vida de Elena se anudan en ese momento, quiero decir sus relaciones amistosas, la crisis amistosa con sus colegas del gremio literario, su relación con su exmarido que era Octavio Paz, quien en ese momento ya era embajador en la India, su relación con su hija, con el dinero, con la ficción y la política. Es decir, todos los hilos que tensaron su vida, desde muy joven, en este momento se están estirando y anudando. De eso se trata Olvida todo. De esos días, de esa tensión, de ese estado de caos y paranoia en el que ella vivió. Esta combinación de caos y paranoia en una situación de contingencia y persecución es una materia prima de ficción alucinante. Me clavé en ese momento, me dediqué a estudiarlo un poco más.

 

¿Qué libro de Garro te ayudó a entender mejor ese momento?

Su obra Sócrates y los gatos que es su propia interpretación de ese momento que además me parece que se queda corta. En Sócrates y los gatos no sé por qué le dio miedo, debió de ser mucha más violenta, mucho más agresiva y radical. No entiendo porque se quedó corta. Bueno pues inspirada un poco en Sócrates y los gatos y todo este periodo, escribo esta obra que trata de imaginar lo que pudo haber sido esos días condensado en una noche. Olvida todo sucede al principio de la noche hasta el amanecer. Todo lo que pasa en esa noche es lo que Elena vivió en 15 días.

 

Y lo que pasa ahí es lo que veremos en el Cervantino…

Básicamente es un encuentro de dolores, un encuentro de heridas en la vida de Elena y de Helena Paz, de las Elenas. Es un cuestionamiento sobre la relación que tuvo con la ficción y la política. Su relación muy errática con la política y su relación muy doliente con la ficción. Y pues bueno, en esta pensión no está solo ella, están una serie de personajes que son unas mujeres que están viviendo ahí después de un exilio político de la guerra civil española. Entonces es el encuentro que tiene Elena con estas mujeres maduras, claramente politizadas pero que también viven en un estado de paranoia y persecución absurda porque no habrá razón para ello, pero ellas lo viven así. Entonces es el encuentro de un grupo de paranoicas encerradas en una noche, acosadas por el exterior y no sabemos si lo que está sucediendo es verdad o mentira. Es como una gran ensoñación que es lo que yo creo que es la obra de Elena Garro.

 

¿Cuál ha sido tu gran apuesta al escribir Olvida todo?

Por un lado, hablo de ella imaginando lo que pudo haber pasado esa noche y, por otra parte, juego a ser ella escribiendo como si yo fuera Elena Garro y estuviera escribiendo una obra de Elena Garro. Que era lo que ella hacía en su vida. Ella escribía obras, pero todos los personajes eran ella. En la obra de Elena hay un tinte autobiográfico inevitable y en toda su obra todo parece ser una ensoñación, no parece que las cosas estén sucediendo. Juego a tomar su poética, su imaginario y su manera de escribir. Esta es una obra que tiene muchas capas. Por un lado, puedes ver la capa de unas mujeres perseguidas en la noche de una masacre. Otra capa nos muestra que en la Ciudad de México está sucediendo la masacre del movimiento del 68. Se oye el túmulo, los disparos, las muertes, la sangre y, por otro lado, está la capa mucho más profunda en la que estamos viviendo todo el mundo narrativo de Elena. Cómo se está representando dentro de su imaginación. 

 

¿En qué aspectos de tu vida profesional te identificas con Elena Garro?

La semana pasada estuve en la primera lectura y fue muy conmovedor. Estaba en el recinto de la Compañía Nacional de Teatro, era domingo, una mañana rosa silenciosa y de repente lloraba y lloraba y lloraba. Me paso en verdad, me pegó durísimo porque entendí algo después de la lectura. Tuve esta sensación que tuvo Elena de que nunca perteneció a ningún grupo. Elena siempre fue una exiliada de su familia, de su pueblo, de las mujeres, de los hombres, de su ficción. Nunca perteneció a ninguna generación, siempre fue una mujer en exilio. Y luego, después del acontecimiento que narra Olvida todo fue una mujer de exilio físico real, verdadero. Y, al darme cuenta de eso, me identifiqué muchísimo. Yo lo siento como autora, que no formo parte de ninguna generación, no estoy en ningún gremio, ningún movimiento teatral. En el ámbito del teatro, de la dramaturgia mexicana, pues yo soy una. No pertenezco a ningún grupo, siempre he estado sola y eso me produjo un dolor que dije ¡Ay caray! Inconscientemente eso me atraía de Elena y hasta que no oí la lectura, no me di cuenta.

 

¿Qué nos da, qué nos aporta o nos muestra Elena Garro en este presente en el que discutimos temas fundamentales para la vida de las mujeres?

Lo que Elena nos puede hacer ver es que las cosas no han cambiado tanto. Que estamos en un momento bisagra en el que las cosas están a punto de cambiar y ojalá cambien para bien y rápido porque ya es apremiante. ¿Qué peor cosa puede tener una mujer que escribe? Ella vivió lo peor. Ser olvidada, ser borrada. Además, por los hombres de su época. Ella es un ejemplo del horror que han vivido miles de escritoras en el mundo. Cómo han sido usadas como chivos expiatorios, cómo han sido manipulados. Entonces ella está ahí en ese límite extremo. Nosotras estamos después de ella, pero tampoco han cambiado tanto las cosas. Me gusta verla en escena un poco para decir: ¡Caray! En plena era del postmetoo y en plena era del levantamiento de las mujeres, ¿realmente ha cambiado tanto? ¿Realmente estamos ya en otro piso? ¿En otra realidad? Yo creo que no.

 

Como alguien que ha leído la obra de Garro de manera crítica, ¿qué obra recomiendas para quienes no la conocen?

Pues mira, a mí no me gustan mucho Los recuerdos del porvenir, pero me parece un libro fundamental para conocer a Elena y además me parece un libro que no ha tenido suficiente justicia poética; a lo largo del tiempo se volverá un libro más importante, leído e interesante. Los recuerdos del provenir me parece muy importante por su idea del tiempo. Elena dice constantemente, y esto está en sus obras en general y trato de representarlo en Olvida todo, que el tiempo no existe, que el presente y el pasado siempre están en el presente. Y que el presente es la gran oportunidad que tenemos de manipular tanto el pasado como el futuro. Hay una frase de Olvida todo que Elena dice “el futuro llegó” y con ella lo que quiere decir es que lo que había vivido, lo había intuido. Y agregaría de las últimas cosas que escribió Sócrates y los gatos. Es una obra llena de secretos y mensajes en clave, escondidos, que es algo que yo trato de hacer de Olvida todo. Llenarla de claves. Entonces aparentemente es una obra muy convencional, pero en realidad esa obra tiene cosas fundamentales. Con esas dos obras hay un panorama muy profundo de lo que es Elena Garro.

 

La Compañía Nacional de Teatro presentará el 22 y 23 de octubre la obra Olvida todo, escrita por Ximena Escalante y dirigida por Mariana Hartasánchez.