Arte chicano, música barroca y teatro experimental sorprende a la audiencia cervantina

• El segundo día de actividades se conformó por más de 10 actividades dancísticas, teatrales, musicales y visuales.

El segundo día del Festival Internacional Cervantino estuvo integrado por más de 10 actividades de diversas disciplinas artísticas y deportivas, entre las que destacó la danza, el teatro, las artes visuales, la música y la instalación.

La primera de ellas consistió en un recorrido guiado por la exposición In Your Face: Chicano Art after CARA, presentada por la Embajada de Estados Unidos en México, el FIC y AltaMed Health Services. En ésta se conjuntan más de 50 obras de artistas pertenecientes al movimiento chicano nacido a principios de la década de los años 60. 

Al respecto, Roberto Gil de Montes, artista visual participante en la muestra, comentó: “Históricamente hablando, existe un desconocimiento de México hacia nuestra experiencia como chicanos, y el arte ayuda a entenderlo, porque a veces el arte habla mejor que un libro. Una exhibición de arte chicano en México ayuda a comprender mejor nuestro contexto”.

Por su parte, Susana Smith Bautista, curadora de la exposición y de la Colección Arte AltaMed indicó que el objetivo de esta muestra es: “mostrar que el arte chicano sigue siendo muy fuerte, mismos temas, mismas luchas y mismos estilos. También, que la gente entienda que es una parte muy importante del arte estadounidense y que nace de la experiencia de inmigración de los mexicanos, pero que al mismo tiempo sucede en muchos otros países. Es entonces cuando todos pueden entenderlo”.

Ante un público sorprendido y entusiasta se realizó la presentación de MXTX de Golden Hornet, proyecto del músico estadounidense de ascendencia alemana Graham Reynolds y del compositor y artista de instalaciones sonoras Felipe Pérez Santiago, en el Templo de la Compañía de Jesús Oratorio de San Felipe Neri.

El proyecto estadounidense está conformado por más de una decena de compositores y DJ’s de México y Texas, quienes han creado una librería de beats, drops, samplers y otros efectos. La presencia del conjunto americano inauguró las actividades a realizarse en el interior de este majestuoso templo jesuita.

Más tarde, en el Teatro Cervantes tuvo lugar la primera de dos funciones de MERCAN, un relato biográfico basado en la vida de Rigoberto Duplás y Carmen Aldama, dos personajes y, al mismo tiempo, conceptos generados por su autor. La puesta en escena abrió una interrogante indescifrable de principio a fin, mediante la problematización de temas como la censura, la cancelación y el morbo en el medio artístico.

La actriz mexicana Sophie Alexander-Katz, en el papel de Carmen Aldama, compartió en entrevista para el FIC que su proceso actoral en esta pieza es “como un lapsus vertiginoso y un poco abismal que, por la misma naturaleza del montaje, experimentamos brincos de la realidad a la ficción y viceversa. Los actores estamos recibiendo información nueva en ese momento y en ese momento la estamos construyendo”.

Esta obra es definida por su director, Fernando Bonilla, como una experiencia colectiva con acciones abiertas al público a través de la ficción.  El único límite es el tiempo y durante más de dos horas incita tanto a los actores como a los espectadores a la discusión en torno a los inagotables significados de la obra de arte. 

“Pretender delimitar el arte es pervertir su esencia. La cultura de la cancelación nos está llevando a adquirir una ideologización en nuestra manera de consumir cuando ya sabemos qué queremos ver y cómo deben ser tratados estos temas”, comentó Fernando Bonilla respecto a esta pieza escénica.

La serenidad al viajar en una góndola sobre la ciudad flotante y la placidez tras la contemplación de paisajes renacentistas, son algunos de los momentos que evocó la Venice Barroque Orchestra con la interpretación de las Cuatro Estaciones de Vivaldi y dos conciertos para cuerda sin solistas, como parte de su participación en el FIC 51.

La orquesta más importante de Venecia ofreció un concierto magistral en el Teatro Juárez, en homenaje al compositor y violinista barroco Antonio Vivaldi, también conocido como “il Prete Rosso”. La noche comenzó con la Sinfonía in Sol maggiore, RV 146, seguido del Concierto en si menor para cuatro violines, cuerdas y bajo continuo RV 580, Op.10 Nr. 3.

A su término, continuaron con la interpretación de los cuatro pasajes del año, que fueron in crescendo hasta la llegada de El Invierno. El clímax musical rompió con una ola de aplausos por parte de los asistentes, quienes se pusieron de pie para despedir con agradecimiento a la orquesta veneciana.

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