Más de 330,000 asistentes disfrutaron la propuesta fresca y contemporánea del 53 Festival Internacional Cervantino

  • El encuentro cultural más importante del país convocó a más de tres mil artistas de 31 países, que se presentaron en 17 espacios
  • “El verdadero sentido de un festival reside en su público, y el Cervantino es precisamente eso: un festival de todas y todos”: Claudia Curiel de Icaza, secretaria de Cultura del Gobierno de México

Más de 330,000 asistentes disfrutaron la propuesta fresca y contemporánea del 53 Festival Internacional Cervantino

Organizado por la Secretaría de Cultura del Gobierno de México, a través de la Dirección General de Circuitos y Festivales, en colaboración con el Gobierno del Estado de Guanajuato, el Festival Internacional Cervantino (FIC) cierra su edición 53, después de 17 días de actividades artísticas, culturales y académicas. Con la presencia de 3,463 artistas, 2,990 mexicanos y 473 internacionales, representantes de 31 países, se llegó a 17 escenarios, con la participación de Reino Unido y Veracruz como invitados de honor.


Las actividades culturales y académicas del Festival se realizaron en alianza con la Universidad de Guanajuato, la Secretaría de Cultura del Estado de Veracruz, la Embajada Británica y el British Council.

Más de 330 mil asistentes de México y el mundo fueron convocados por 140 funciones de siete disciplinas artísticas, diez ciclos de cine, 38 actividades académicas, 77 proyecciones y 45 exposiciones de artes visuales. Cabe destacar que Canal Veintidós y TV4 de Guanajuato transmitieron gran parte de la programación.

En el marco de las actividades del 53 FIC, el Circuito Cervantino llevó 91 actividades a quince ciudades de diez entidades del país. Como parte del programa Más Allá de Guanajuato, 1,236 proyectos se transmitieron en 96 ciudades de las 32 entidades del país y en Estados Unidos.


Con un enfoque en la creatividad, el diálogo y la apertura a nuevas perspectivas, el FIC renovó su modelo de organización y gestión; resultado de lo anterior, formó un consejo de programación intergeneracional integrado por Martín Bauer, director de festivales internacionales de música contemporánea; Lucía Anaya, programadora de talento emergente; Claudia Lavista, bailarina y coreógrafa; Luis Mario Moncada, creador escénico, y Anette Fradera, productora e investigadora de música tradicional.

El público exploró las diversas propuestas, una oferta en la que convivieron las tradiciones escénicas con proyectos de vanguardia, que a menudo incorporaron el uso de nuevas tecnologías o aproximaciones innovadoras. Por ejemplo, “NeoArctic”, de Hotel Pro Forma, y
“Terebrante”, de la española Angélica Liddell cautivaron al público.


“Sun & Sea” –pieza ganadora del León de Oro en la 58 Bienal de Venecia– fue una de las grandes sorpresas del festival. Durante cuatro días, la Casa de Cultura de Guanajuato se convirtió en una playa en la que convivieron performers y cantantes con voluntarios que habitaron el espacio, acondicionado con 25 toneladas de arena, toallas y juguetes.


El unipersonal “Famehungry”, de la actriz, escritora y directora británica Louise Orwin, que se presentó en la intimidad del Teatro Cervantes llamó la atención por su dispositivo innovador: la pieza se transmitió en tiempo real por una plataforma virtual, para que cualquier persona se conectara.


“Bloodlines Interwoven” –un colectivo convocado por Kaoru Watanabe–, la interpretación de Sam Eastmond de las “Bagatelles”, de John Zorn, y la presentación de la legendaria Sun Ra Arkestra –uno de los ensambles más importantes en la historia del jazz y la música improvisada– fueron parte de la programación musical, un ejemplo de la propuesta del 53 FIC con proyectos que combinan sonoridades inusuales y procesos colectivos que abrevan de distintos orígenes.


En la Explanada de la Alhóndiga de Granaditas, el Ballet Folklórico de México de Amalia Hernández, Lucía Gutiérrez y la Tonatiuh Vázquez Jazz Orchestra, y el Ballet Folklórico de la Universidad de Guanajuato reunieron a familias enteras, que disfrutaron de las tradiciones musicales y dancísticas de México. 


La juventud se apropió del espacio público durante las actuaciones de la rapera argentino-española Nathy Peluso, la cantautora colombiana Elsa y Elmar y del Reino Unido con raíces jamaiquinas, Channel One Sound System. Asimismo, Los Pastitos se convirtieron en una pista de baile con Sonido Gallo Negro, mientras que en la Explanada de la Alhóndiga de Granaditas Julieta Venegas reunió a miles de asistentes en una colaboración especial con la Orquesta Sinfónica de la Universidad de Guanajuato.


Asimismo, las y los jóvenes creadores de nuestro país también encontraron en el Festival un espacio para dar a conocer su trabajo. Por ejemplo, en el marco del concierto “Jóvenes compositoras” se estrenaron piezas comisionadas por la Coordinación Nacional de Música y Ópera, del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), a Paulina A. Monteón (Sinaloa, 1995), Estrella Cabildo (Veracruz, 1992), Sonia Rodríguez (Guanajuato, 1998), además de Cecilia Pereyra (Argentina, 1977) y Melissa Vargas (Colombia, 1980).


El 53 FIC marcó también el regreso de la ópera de gran formato a los escenarios cervantinos, con dos producciones mexicanas arriesgadas en técnica y fondo: “Breaking the Waves”, adaptación del filme homónimo de Lars von Trier, y “Elektra”, de Richard Strauss.


Bajo las direcciones musical de José Areán y escénica de Marcelo Lombardero, la coproducción entre el INBAL, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y el FIC, “Breaking the Waves” sumergió al público en una experiencia de alta carga emocional, en la que la fe, el deseo y la culpa se entrelazan con la fuerza de una tragedia moderna. A su vez, “Elektra” –bajo la dirección concertadora de Stefan Lano, la dirección escénica de Mauricio García Lozano y la conducción del coro a cargo de Rodrigo Elorduy, director huésped– la pieza en un acto retomó la tragedia de Sófocles, en la que la venganza y la demencia se entrelazan en una historia familiar marcada por el crimen y el dolor.

El Templo del Señor Santiago Apóstol, en Marfil, y el Templo de la Compañía de Jesús Oratorio de San Felipe Neri fueron dos escenarios destacados –por la belleza de su arquitectura y de su entorno– que alojaron conciertos de música clásica y contemporánea, por ejemplo, Oscar Escalante, el ensamble Rorschach y Tambor Fantasma combinaron elementos visuales y sonoros, que iluminaron e hicieron resonar los espacios.


Invitados de honor


Reino Unido y Veracruz, país y estado invitados de honor, respectivamente, tuvieron una intensa presencia en el encuentro cultural más importante del país. El primero participó con actividades académicas, culturales y de artes visuales con énfasis en aportar soluciones posibles a la crisis climática global. Asimismo, la delegación jarocha dio muestra de su tradición cultural, musical y gastronómica.


Ambos tomaron los espacios públicos de Guanajuato con pasacalles, y se fusionaron en “Celtic Fandango”, una colaboración única que mostró las coincidencias instrumentales y rítmicas entre el son veracruzano y la música tradicional escocesa.

Compañías y artistas coincidieron en que participar en el Cervantino es un honor y un placer inmenso. Para Santi Arnal, titiritero de la compañía española PerPoc, su visita es “un sueño cumplido”, luego de más de veinte años de desearlo. Y el tenor veracruzano Javier Camarena, por su parte, refrendó los vínculos personales y emocionales que le unen al FIC y a Guanajuato y sostuvo que “es siempre un honor participar en el festival cultural más importante del país”.


Un cierre con baile y fiesta en la Alhóndiga de Granaditas a cargo de Africa Express 

Con 65 artistas sobre el escenario, Africa Express cerró la edición 53 del FIC. Convocado por Damon Albarn –líder de bandas como Blur y Gorillaz–, el colectivo conquistó al público de la Explanada de la Alhóndiga de Granaditas desde los primeros acordes. 


El conjunto Los Pream, de Santa María Tlahuitoltepec, Oaxaca; la agrupación Son Rompe Pera, La Bruja de Texcoco, la cantante Luisa Almaguer, y Camilo Lara, del Instituto Mexicano del Sonido representaron a México durante el concierto. En una aparición sorpresa, Emmanuel del Real, “Meme”, de Café Tacuba, hizo corear “Eres” y “Ojalá que llueva café” a las y los asistentes, en una fiesta llena de alegría.


Ritmos africanos, latinos, jamaiquinos con notas de jazz, cumbia sonidera, ska y pop pusieron a bailar durante casi tres horas; no faltaron los momentos reflexivos ante letras potentes en favor de las disidencias, la inclusión y la colaboración. Una muestra de cómo el FIC es una fiesta comunitaria de colaboración. Fue el cierre perfecto para un festival pleno de goce y nuevas propuestas.


La 53 edición del FIC reafirmó su compromiso de ser un puente entre generaciones, lenguajes artísticos, continentes, artistas y formas de entender el mundo. En palabras de la secretaria de Cultura del Gobierno de México, Claudia Curiel de Icaza: “El objetivo es que la programación funcione como un caleidoscopio inclusivo, en el que cada persona pueda encontrar una imagen que le diga algo de sí misma. El verdadero sentido de un festival reside en su público y el Cervantino es precisamente eso: un festival de todas y todos”.

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