Julieta Venegas triunfa en el 53 Festival Internacional Cervantino
- La cantautora tijuanense, acompañada de la Orquesta Sinfónica de la Universidad de Guanajuato, con la dirección de Iryda Inés Rodríguez Pedraza, conquistó al público
En ruta al último fin de semana del 53 Festival Internacional Cervantino (FIC), la música de Julieta Venegas hizo vibrar al público que la esperaba en la Explanada de la Alhóndiga de Granaditas, uno de los escenarios icónicos del encuentro.
La fila para acceder al evento empezó temprano; familias, parejas, grupos de amigos, todos querían un buen lugar para disfrutar de la voz dulce y franca de la artista tijuanense, quien ha acompañado a su público con canciones que van desde el ska hasta el pop, como “Me voy”, “Limón y sal” o “Andar conmigo”.
Para la ocasión especial, la cantautora tuvo la compañía de la Orquesta Sinfónica de la Universidad de Guanajuato, bajo la dirección de Iryda Inés Rodríguez Pedraza. Durante hora y media, la mezcla entre pop y arreglos sinfónicos envolvió el aire. Cada canción se volvió una conversación íntima entre la cantante y su público que no dejó de corear ni un solo verso. Hubo momentos para bailar, para cerrar los ojos y dejarse llevar, y también para aplaudir de pie.
“Estoy muy emocionada de regresar a este hermoso lugar junto con esta maravillosa orquesta. Gracias por estar aquí, por compartir conmigo esta noche tan especial”, dijo Venegas visiblemente emocionada, al recibir una ovación cálida, que iluminó el recinto tanto como las luces del escenario.
El proyecto sinfónico de Julieta –que debutó en Tijuana y ya conquistó escenarios internacionales como el Auditorio Nacional del Sodre en Uruguay– llegó al 53 Festival Internacional Cervantino, para mostrar porqué es considerada una de las figuras más influyentes de la música latina. En 2024, recibió en el Latin Grammy el premio Leading Ladies; ayer, jueves 23 de octubre de 2025, en Guanajuato, el reconocimiento fue el del público: una multitud que la acompañó, cantó y se fue con el corazón lleno. Una velada que no solo celebró su música, sino también el poder de la emoción compartida.