Tradición y cultura japonesa invade la Explanada de la Alhóndiga de Granaditas
- Hiroshima Kagura presentó dos obras para el público Cervantino
- En el ‘Foro de escritoras oaxaqueñas’, Natalia Toledo y Yásnaya Elena Gil, compartieron puntos de vista en la casa Emma Godoy
Este lunes la compañía japonesa Hiroshima Kagura presentó en la quincuagésima segunda edición del Festival Internacional Cervantino (52 FIC) dos espectáculos tradicionales de kagura, como se le denomina a una de las artes más antiguas de Japón que combina tanto la danza como el teatro y que su traducción puede entenderse como “entretenimiento de los dioses”.
Las dos historias fueron montadas en una sola puesta en escena donde el panteón y la cultura de la Isla se materializaron en el escenario de la Explanada de la Alhóndiga de Granaditas.
La primera se titula Tsuchugumo y en ella se hace una metáfora sobre la lucha por el control de Japón hace 1.500 años. Guerra tras la cual los clanes derrotados huyeron a las profundidades de las montañas. Relegados y obligados a esconderse en hoyos se vieron obligados a vivir como truchigumo —arañas demoníacas que viven en las profundidades de la tierra—.
Al pasar de los siglos, los tsuchigumo acumularon tanta rabia por su derrota, que terminaron por convertirse en demonios. Con el paso del tiempo, estos buscaron vengarse de aquella humillación sufrida y subieron a la superficie con la intención de arrebatarle el poder al shōgun —como se le conoce al comandante del Ejército—.
En la historia, el shōgun en turno es Minamoto-no-Raiko, quien se encuentra gravemente enfermo. Lo que es aprovechado por los demonios que fingen ser sus sirvientes para envenenarlo y así concretar su venganza, pero una espada sagrada en posesión de Raiko cambia sus planes.
El segundo espectáculo presentado este lunes es Yamata-no-Orochi, una historia que se centra en una pareja de ancianos y sus ocho hijas. Cada año, el temible demonio-serpiente, Yamata-no-Orochi, descendie de las montañas y devora a una de sus preciosas hijas. Tras siete años, solo queda una viva: Kushiinada-hime.
La pareja de ancianos, Ashinazuchi y Tenazuchi, temiendo por la vida de la única de sus hijas que seguía con vida, recurre a Susano-o-no-Mikoto —un dios poderoso— que escuchó sus súplicas y baja a acabar con el demonio de ocho cabezas.
Con la presentación de Hiroshima Kagura el público cervantino pudo presenciar uno de los artes más antiguos de Japón, el cual antes de la Segunda Guerra Mundial solía presentarse en toda la nación del Sol Naciente con tintes religiosos, pues emergió como un ritual para expresar gratitud a los dioses japoneses del del siglo VIII.
En tanto, las poetas Natalia Toledo y Yásnaya Elena Gil compartieron parte de su trabajo durante su ponencia en el 'Foro de Escritoras Oaxaqueñas' que se realizó en Casa Emma Godoy. Las poetas brindaron compartieron con el público una serie de textos sobre la migración, identidad, territorio y resistencia de las mujeres indígenas.
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El Festival Internacional Cervantino continúa. Para consultar las actividades de la edición 52, consulta festivalcervantino.gob.mx o la aplicación móvil Cervantino.
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