El Cervantino se vistió con la experiencia y tradición para arrancar su segunda semana

  • El Ballet Folklórico de México de Amalia Hernández se presentó con la Orquesta Sinfónica de la Universidad de Guanajuato y el grupo Mono Blanco en la Explanada de la Alhóndiga de Granaditas
  • Chula The Clown ofreció un unipersonal, acompañada con música de Natalia Lafourcade y de la Banda de Música del Estado de Guanajuato

El Cervantino se vistió con la experiencia y tradición para arrancar su segunda semana

En su cuarto día y en el arranque de su segunda semana, el 53 Festival Internacional Cervantino (FIC) ofreció una propuesta que unió danza y música para celebrar la riqueza de las tradiciones mexicanas. La Explanada de la Alhóndiga de Granaditas recibió un despliegue de danza con el Ballet Folklórico de México de Amalia Hernández (BFMAH), la Orquesta Sinfónica de la Universidad de Guanajuato (OSUG) y el grupo Mono Blanco.

Para el director general del BFMAH, Salvador López López, y la directora artística, Viviana Basanta López, la colaboración con la Orquesta Sinfónica de la Universidad de Guanajuato y Mono Blanco fue una gran conjunción de talentos. “Cuando haces una función de estas características, como en la Explanada de la Alhóndiga, se genera una magia, una fuerza muy importante”.

Bajo la batuta de Juan Carlos Lomónaco, la OSUG encendió y fascinó al público desde su interpretación de la “Sinfonía India” y el ballet de “Los Mayas”, en una noche en la que el BFMAH hizo gala de su repertorio, que incluye sones, mambos, danzones y un espectáculo de jaripeo acompañado de mariachi.  

La orquesta continuó con temas como “Marcha Zacatecas”, “Jesusita de Chihuahua”, “Sones de Mariachi” y el “Danzón No. 5”. Sin embargo, fue al interpretar el emblemático “Huapango”, de José Pablo Moncayo, y “La danza del Venado” que la energía llegó al máximo.

Posteriormente, la OSUG interpretó un popurrí de mambos de Dámaso Pérez Prado; el icónico “Mambo No. 5” puso a bailar al público acompañado por bailarinas y bailarines del BFMAH que bajaron del escenario.

Como parte del Homenaje a Veracruz, el público disfrutó del danzón “Nereidas”, “Sones jarochos”, “Morenas”, “Carpintero”, “Coco” y “Comparsa” y “El mundo se va acabar”, a cargo de grupo Mono Blanco.

Al iniciar “La Bamba”, el tema con el tradicional baile del moño y las mojigangas, estallaron los aplausos y el zapateado entre el público que se dio cita en la Explanada de la Alhóndiga de Granaditas. 

Tal es el caso de la familia Becerra, proveniente de Guadalajara, Jalisco, para la que la presentación del Ballet Folklórico fue sumamente especial por añadir colores y ritmos al espectáculo: “Ya tenía mucho que no oía el mambo, entonces los colores y la música fueron muy bonitos. Cada año venimos y por eso ahora se me hizo muy especial”, expresó Josefina Becerra, quien junto a su esposo Urbano ha asistido al festival por más de 15 años para ver al BFMAH y, desde hace 10 años, lo hace con su nieta Génesis.

Con más de seis décadas de trayectoria, el BFMAH es, a nivel nacional e  internacional, la agrupación más representativa de danza folclórica de nuestro país. Fundado en 1952 por la bailarina y coreógrafa mexicana Amalia Hernández, revolucionó el concepto de los bailes tradicionales, por lo que transformó la historia de la danza, al marcar el rumbo y el estilo tanto de agrupaciones en México como del extranjero.

A su vez, la Orquesta Sinfónica de la Universidad de Guanajuato (OSUG) fue fundada en 1952 y se destaca por colaborar con renombrados solistas y directores, entre ellos Francesca Dego, Yuja Wang, Shlomo Mintz y Neeme Järvi. Como orquesta residente del Festival Internacional Cervantino lo mismo estrena obras que interpreta a compositores de la talla de Stravinsky y Revueltas.

El grupo Mono Blanco surgió en 1977 y se dedica a promover el son jarocho como una expresión musical festiva y comunitaria. En 1980, bajo la dirección de Arcadio Hidalgo, revitalizó el género al fusionar tradiciones con propuestas innovadoras

 

“Julieta”, la vejez y Chula The Clown 

Previo a la presentación del BFMAH, en el emblemático Teatro Juárez, Gabriela Muñoz, quien encarna a Chula The Clown, llevó al público hacia una reflexión sobre la vejez y la soledad a través de “Julieta”, un personaje que en su comedia diaria deja entrever el peso de sus recuerdos y sus pérdidas personales. 

Para su presentación cervantina, la música, de Natalia Lafourcade, fue interpretada por la Banda de Música del Estado de Guanajuato, que agregó matices sonoros a la complejidad emocional de la protagonista.

Aunque esa complejidad está guardada entre las cuatro paredes de una pequeña casa de muros verdes, Julieta a veces sale de ellas para reunirse con el público y buscar entre los asistentes a un compañero de baile, a quién pintarle las uñas o a alguien que le ayude a reparar su televisor. 

Julieta nunca deja de hacer al público parte de esta experiencia, pero no solo con sus ocurrencias —como hacer una ola dentro del auditorio—, sino para conectar con sus propias experiencias y abandonos. 

Chula The Clown, con su habilidad magistral para expresar en gestos y sonidos una gran gama de emociones, muestra en tono cómico la vitalidad, el ingenio y la riqueza emocional que habitan a Julieta en su vejez, mientras que a través del drama conmueve al público con el recuento de sus pérdidas y la necesidad de compañía. Pero esa falta también se llena con unas manos amigas que entran por una ventana para ayudarla, con un par de cantantes que musicalizan sus rutinas de ejercicio o con un pianista que tras tocarle una melodía se despide melancólicamente, tal y como los asistentes se despiden de la pieza.

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